miércoles, 20 de agosto de 2008

El único CERO que he sacado en mi vida,

le dio rumbo...
Es preciso señalar que siempre fui bueno en las materias del programa físico/matemático.
Iba en camino a ser un respetable Ingeniero Industrial.

Fue con este maestro OGT de Física que te cuento.
Pero después de una turba enardecida (pues para hoy seguimos muchos de mi generación de acuerdo que fue mal calificado ese pinche examen) me despegué de los números: las calificaciones como medidor, dejando así literalmente las fórmulas hacia un área donde se desvanecen, donde no hay una paloma o tacha clarificada: en el diseño gráfico. Artes visuales que pocos se aventuran a hacer por considerarlo sólo un hobbie o exclusivo para los virtuosos natos. Muchos quieren cantar, tocar, hacer arte pero pocos se arriesgan a integrarlo como su fuente de vida.
Algunos prefieren la carrera de moda, que los hará respetables o seguir con la tradición familiar.
— Igual y cada quien busca la felicidad a su modo. Y eso nos lo enseñó un médico. —

Me di cuenta que no quería dedicarme a la ingeniería, por más bueno que fuese, en algún punto de vida me frustraría.

Pero lo importante es que superé esos números comprendiendo que no son ellos el objetivo, si no que la gente verá tu trabajo, comentará de él, lo reconocerá, lo utilizará, lo entenderá. Entonces la calidad de tu producción la exigirá el ambiente de desempeño, es más la boleta ni sabemos a que buzón nos está llegando...

Esa es la 'fantástica revelación'.
Pd. Pocas son 'razones sencillas' las que justifiquen el trazo de nuestra vida. Y si las hay se desvanecen entre tantos eventos kármicos y otros espeluznantes.
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