martes, 10 de noviembre de 2009

Despedida

Este post es dedicado a alguien especial para mí, que realiza un viaje a vivir a otro país. Fue escrito como discurso en una ceremonia religiosa.

Las despedidas siempre son emotivas, pues es difícil dársela a alguien que ha estado siempre cerca y ha sido tan importante.

Pero entristecerse por una despedida llega a ser egoísta, pues en realidad uno no sufre en realidad por que esta persona haya pasado a mejor vida, si no por que uno no tendrá más la oportunidad de verlo.

Aunque es un tanto natural esta melancolía, también es emocionante esta gran oportunidad que ofrece una vida nueva en un país extranjero. Siempre hay un poco de temor a la incertidumbre, a lo desconocido, y decisiones difíciles por atender. Afortunadamente sabemos que eres una persona capaz de afrontar estos retos, sembrar frutos del trabajo en un nuevo lugar y que los nuevos medios nos permitirán mantener nuestros lazos tan fuertes como los han sido hoy y lo serán siempre.

A su vez no olvidamos la encomienda que nos hacemos a Dios, para llevar una vida plena, sortear las adversidades, mantener nuestros valores y fortalcer la unión de la comunidad que nos rodea.

Queremos dar las gracias pues nos has demostrado que eres un ejemplo digno para los profesionistas y amigos que te acompañan, por lo que tenemos gran fé en que te va a ir muy bien, por supuesto sin dejar de pedir que tengas paz en el corazón y paz en el espíritu en compañía de los seres queridos que te acompañarán pronto en este viaje. Viaje puesto que ésta será siempre tu casa y nos dará mucho gusto que regreses a contarnos tus travesías.
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