domingo, 4 de noviembre de 2007

y hallé en tu gesto aquel olor a libro nuevo

Nunca lo había notado, hasta que conocí a esta linda 'bibliotecaria' del Diseño.

Caminaba perdido en la estación de Marina, allá en Barcelona; la parte urbana más lejana de las playas. Poco turista rondaba por ahí, en busca del secreto museo de Carruajes Fúnebres. Fue cuando accidentalmente me encontraría con una de aquellas editoras exclusivas del Diseño español: www.promopress.es, de la cual perdería su catálogo (no sé donde quedó), pero me di una buena idea de lo inmenso y lejano que estaba de conocer toda la escena cultural de Barcelona, y de la editorial de Diseño.

Esta muchacha atenta, joven y feliz de tomar mis lejanos datos, me enseñó felizmente los libros más caros, que ni siquera ella había olido. Y digo olido porque cada que abría uno, lo olía curiosamente...

nunca lo había notado, o darle importancia de que alguien tmb lo hubiera hecho si no fuese por su particular gustillo. Pero no fue geeky, fue de manera muy natural, y sonriendo a mi pregunta responde sólo un 'sí, me encanta respirar un libro nuevo'.

Como si este olor se fuera a ir... y ciertamente, lo puede hacer, si no lo aprovechas.
O como si tuviese uno el honor de ser el primero en sentir esas partículas efímeras de un libro tan inaccesible para muchos (libros de hasta 80-120 euros, muy especializados [lo más intenso: escritos particulares de diseñadores pronosticando lo que se pondrá de moda en el siguiente año, por ejemplo]).

aquel olor que se va borrando hasta que el contenido del libro queda en nosotros. Que no se va si nunca lo abres, que te espera paciente hasta que te dignes a terminarlo.

Acaba de entrar mi madre con aquella barata pero tan sonada edición de 20 aniversario de 100 años de soledad, que por practicidad no compré en España, pero no alcancé a conseguir para mis tareas del círculo de lectura en el cetys. El perfecto estado del libro, su brillo, su color, su solidez pero a la vez suavidad intacta de las hojas, inevitablemente me lleva a olerlo.

*El título de este post se refiere como pensarían, tanto al gesto de mi madre por traerme de México un libro, y tmb por la viajadez romántica.
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